Los nietos de Stalin

La detencion del ex ministro de Interior polaco Janusz Kaczmarek junto con el ex comandante nacional de la Policía Konrad Kornatowski bajo la acusacion de entorpecer la investigación sobre un presunto caso de corrupción descubierto en el Ministerio de Agricultura, lejos de consolidar la democracia polaca, la desliza peligrosamente hacia una democracia a lo Putin, una democracia en lo formal, una dictadura en lo real.

La realidad es que tanto Janusz Kaczmarek como Konrad Kornatowski alertaron al ex vicepresidente del Gobierno y ministro de Agricultura, Andrzej Lepper, de que la Oficina Central Anticorrupción pretendía tenderle una trampa para acusarle de corrupción por la recalificación de terrenos agrícolas.
El ex ministro de Agricultura no cobró soborno alguno y toda la operación montada fracasó, aunque Lepper fue relevado por los hermanos Lech y Jaroslav Kaczynski, presidente y primer ministro de Polonia, al igual que Kaczmarek del cargo de ministro del Interior.
Tras su destitución, Kaczmarek denunció primero ante los medios y seguidamente ante la Comisión Parlamentaria para la Supervisión de los Servicios Secretos, los supuestos abusos cometidos por el Gobierno en las investigaciones llevadas a cabo contra políticos de la oposición y del Ejecutivo, empresarios y periodistas.

No estamos hablando ya de ocurrencias tipo de investigar la sexualidad de un Tele Tubbie o prohibir el top less, sino de la utilización fraudulenta del poder para eliminar a rivales politicos. Es previsible que a diferencia de lo que hace con Cuba, EEUU mirara hacia otro lado, por eso es imperativo que la UE diga basta a los nietos de Stalin.